sábado, 17 de diciembre de 2011

Ranking de ciencia y tecnología pone en evidencia graves rezagos

Guerrero, Oaxaca y Chiapas se ubican en las últimas posiciones de la lista

El estudio mide 10 factores

La evaluación se realizó por 24 expertos de los sectores académico y empresarial

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Por cada peso que se invierte en innovación tecnológica se recupera mucho más, aseguró Juan Pedro Laclette, coordinador general del Foro Consultivo Científico y Tecnológico. Imagen de archivo del laboratorio de fotoluminiscencia y espectroscopia de la Escuela Superior de Física y Matemáticas del IPNFoto José Carlo González
Laura Poy Solano
Periódico La Jornada
Sábado 17 de diciembre de 2011, p. 32

A pesar que desde hace una década se impulsó la descentralización de la infraestructura científica y tecnológica en el país, de acuerdo con los resultados del Ranking Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (RNCTI) sólo cuatro entidades –Distrito Federal, Nuevo León, Morelos y Jalisco– destacan por las condiciones para desarrollar sus capacidades científicas y tecnológicas.

El estudio, elaborado por el Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCT), revela que los estados con mayores rezagos son Guerrero, Oaxaca y Chiapas, que se ubican en las últimas posiciones si se considera su capacidad instalada para la creación de nuevos saberes y el fomento de tecnologías e innovación.

De acuerdo con los resultados del ranking, que se actualizará cada dos años, sólo diez entidades se encuentran dentro de la media nacional en la distribución de infraestructura, insumos y recursos humanos para el desarrollo científico y tecnológico. A este grupo se suman Coahuila, Querétaro, Baja California, Guanajuato, Chi-huahua y estado de México.

En contraste, las entidades con mayor atraso incluyen a Tabasco, Zacatecas, Durango, Tlaxcala, Hidalgo, Campeche y Quintana Roo, entidades muy por debajo de las condiciones promedio para impulsar la generación de nuevos conocimientos.

Juan Pedro Laclette, coordinador general del FCCT, reconoció que pese a los escasos recursos públicos que se destinan al sector, en muchos estados están pasando cosas relevantes. Hay resultados, pero aclaró que estos avances están más vinculados al hecho que el desarrollo científico en México depende más de los esfuerzos de las instituciones (científicas) y de los individuos, que de un liderazgo superior.

Destacó que con los datos incluidos en el ranking, que evalúa 10 factores de la actividad científica y tecnológica en las entidades, entre ellas acceso a infraestructura para la investigación, inversión, población con estudios profesionales y de posgrados, productividad científica e infraestructura empresarial, entre otras, se puede conocer, de forma actualizada, las fortalezas y oportunidades que tiene cada estado en el desarrollo de conocimientos científicos y tecnológicos, pero también sus debilidades y amenazas.

Con la participación de 24 expertos del sector académico, científico, empresarial y de gobierno, quienes colaboraron en la ponderación de indicadores, el RNCTI revela que pese a los esfuerzos realizados subsiste un alto grado de concentración en los recursos de la ciencia, la tecnología y la innovación en el país, pues a pesar de que ha ido disminuyendo, aún queda un largo camino por recorrer para mejorar la distribución de la infraestructura científica.

En cuanto a acceso a infraestructura para la investigación, el Distrito Federal, Puebla y Veracruz se ubican en las primeras tres posiciones, mientras que Colima, Baja California Sur y Quintana Roo son las entidades más rezagadas, pero si se considera la infraestructura empresarial, los mejor posicionados son Querétaro, Nuevo León y Guanajuato, mientras que los menos aventajados son Tabasco, Guerrero y Chiapas.

Las entidades que invierten más en ciencia, tecnología e innovación son Nuevo León, Distrito Federal y Querétaro, al igual que Jalisco, Morelos y el estado de México, y las que enfrentan la mayor restricción en financiamiento son Guerrero, Oaxaca y Campeche, así como Sinaloa, Sonora y Durango.

Inversión virtuosa

Al respecto, Laclette subrayó que pese a las condiciones de rezago que enfrenta la mayoría de las entidades del país para impulsar la ciencia y la tecnología, podemos constatar que por cada peso que se invierte, se recupera mucho más.

Recordó que en las pasadas dos décadas la inversión pública destinada al sector creció un promedio anual de 2 por ciento, pero la productividad científica alcanzó un desarrollo de 8 por ciento al año. Es evidente, concluyó, que la inversión en ciencia y tecnología es muy virtuosa, pero esto no ha sido entendido por los tomadores de decisiones

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