Déjenlos comer carbónFoto Reuters
Miércoles 14 de diciembre de 2011, p. 47
La máxima autoridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en materia climática, lamentó este martes la decisión de Canadá de retirarse del Protocolo de Kyoto, y advirtió que de todas formas sigue estando legalmente obligado a contribuir al combate del cambio climático.
Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU, dijo estar sorprendida de que Canadá haya anunciado esa decisión, en momentos en que más de 190 países están buscando llegar a un acuerdo en estos temas en Durban, Sudáfrica.
Canadá tiene una obligación legal, conforme a la Convención a la que adhirió, de reducir sus emisiones, y una obligación moral ante sí mismo y ante las futuras generaciones de contribuir a estos esfuerzos
, señaló.
Países industrializados como Canadá, que han aumentado considerablemente sus emisiones de gases con efecto invernadero desde 1990, están en una posición de debilidad para llamar a los países en vías de desarrollo a limitar sus emisiones
, remarcó la funcionaria internacional de origen costarricense en un comunicado.
La salida supone un duro golpe a los esfuerzos de la comunidad internacional para reunir a todos los países en el mismo barco en la lucha contra el calentamiento global, pero los expertos todavía creen que su impacto podría ser limitado.
Canadá se convirtió el lunes en el primer país en abandonar formalmente el tratado de 1997 sobre el calentamiento global, afirmando que quiere evitar las sanciones de 13 mil 600 millones de dólares por no cumplir con sus objetivos.
La decisión del gobierno conservador del primer ministro Stephen Harper fue anunciada un día después que la conferencia de la ONU en Durban decidió buscar un acuerdo que incluya a todos los países.
Para los defensores del ambiente, tales compromisos vinculantes son vitales para reducir las consecuencias catastróficas del calentamiento global, incluyendo los cada vez más frecuentes desastres naturales.
Para Josh Laughren, de la oficina canadiense del Fondo de Protección del Medio Ambiente (WWF), la decisión de Ottawa no es alentador. Pero, después de todo, incluso los acuerdos internacionales vinculantes no valen más que lo que los gobiernos están dispuestos a hacer”.
Christiana Figueres agregó que al rechazar el Protocolo de Kioto, los conservadores canadienses, en el poder desde 2006, se alinearon con Estados Unidos, el único país desarrollado que se niega a adherirse.
El ex presidente George W. Bush, quien llegó a la Casa Blanca en 2001, había estimado que era injusto que el compromiso no exigiera la contribución de economías emergentes como China e India.
Ola de protestas en el mundo
La decisión de Ottawa desató una tormenta de protestas en todo el mundo. Francia lamentó la mala noticia para la lucha contra el cambio climático
, mientras China, que es el mayor contaminador del mundo, describió la posición de Canadá como lamentable
y demandó a Ottawa asumir sus responsabilidades y obligaciones y respetar sus compromisos
contra el cambio climático.
Pero también en el mismo Canadá, la dirigente del partido Verde, Elizabeth May, expresó su preocupación por la reputación que el retiro traerá a su país, y lamentó la hipocresía
de los representantes de Otawa en Durban. ¿Quién va a creer en adelante que somos dignos de confianza?
, preguntó.
Sin embargo, algunos expertos creen que la decisión de Canadá tendrá un impacto limitado, teniendo en cuenta que este país es responsable sólo de 2 por ciento de las emisiones globales responsables del calentamiento global, y la Unión Europea y Japón se comprometieron a respetar los objetivos de Kyoto.
Alden Meyer, portavoz de la organización Union of Concerned Scientists (Unión de Científicos Preocupados), cree que aunque Canadá ya era considerado un paria climático internacional
, la decisión no deja de ser una aberración
, incluso si ese país es un actor insignificante en términos de emisiones y de liderazgo diplomático en este asunto
.
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