Deben modificarse los esquemas de seguridad social y crear nuevas formas de prevención
Viernes 23 de diciembre de 2011, p. 42
Los sistemas de salud y de seguridad social no están preparados para atender a los adultos mayores y menos aún para enfrentar los retos que plantea el crecimiento de este sector en las próximas dos décadas, cuando se habrá duplicado el número de personas mayores de 60 años en el país, señalaron especialistas.
Luis Miguel Gutiérrez, director del Instituto de Geriatría, comentó que 9 por ciento de los mexicanos son adultos mayores, es decir poco más de 10 millones de individuos, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2010. Entre los años 2000 y 2010 este sector reportó un incremento en su tasa anual de 3.8 por ciento, lo cual permite anticipar la forma en que aumentará su presencia en el país, apuntó.
El especialista advirtió sobre la importancia de modificar los esquemas de seguridad social, a fin de que se garantice una mayor protección a los adultos mayores, principalmente en la atención de la discapacidad. Actualmente, dijo, 21 por ciento de los ancianos tiene al menos una deficiencia física, pero la mayoría cuenta con el apoyo de su familia, generalmente numerosa, que se hace cargo de ellos.
Sin embargo, este escenario está cambiando por lo que es importante crear nuevas formas de previsión de servicios ahora inexistentes, como servicios sociales (personales), apoyo a familiares y cuidadores principales y servicios para pacientes terminales, señaló.
Debido a que la seguridad social no cubre el riesgo de la dependencia, es necesario realizar modificaciones legales en salud, así como en la operación y coordinación de instituciones públicas, privadas, lucrativas y no lucrativas que proporcionan servicios dirigidos a los adultos mayores.
En cuanto a los programas sociales como 70 y Más, de la Secretaría de Desarrollo Social, mediante el cual las personas de esta edad reciben un apoyo económico mensual, Martha María Téllez Rojo, directora de Evaluación de Programas y Bioestadística del Centro de Investigación en Evaluación y Encuestas (CIEE) del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), planteó que la estrategia ha contribuido a mejorar la salud mental de las personas. Entre 2007 y 2009 se redujo 5 por ciento la prevalencia de depresión y aumentó más de 11 por ciento su autonomía económica.
Lo anterior se desprende de una investigación del CIEE que evaluó el impacto de 70 y Más entre 6 mil de sus beneficiarios.
Por el contrario, señaló Téllez Rojo, no existe evidencia de que este programa haya tenido algún impacto en el uso de los servicios de salud, lo cual es relevante porque redundaría en un mejoramiento del bienestar físico y mental, así como la situación nutricional de los adultos mayores.
Los expertos participaron en un foro sobre protección social para adultos mayores organizado por el INSP, en el que Rebeca Wong, investigadora de la Unidad Médica de la Universidad de Texas, también enfatizó sobre la importancia de que los programas sociales favorezcan el acercamiento a la atención clínica con la finalidad de prevenir riesgos asociados a la edad y evitar los costos sociales.
Al respecto, Luis Miguel Gutiérrez comentó que en hogares con personas mayores se consumen hasta 50 por ciento más recursos en salud que en la población general, lo cual está asociado no sólo a la edad, sino a la carga de enfermedad crónica acumulada durante varios años.
Reconoció, sin embargo, que este panorama podría cambiar en el futuro por la acción de programas para prevenir esos padecimientos y las caídas causantes de discapacidad
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