Alrededor de 40 por ciento de los médicos residentes presentan el síndrome de burnout (desgaste ocupacional), trastorno sicológico que se desarrolla por la incapacidad de adaptarse a situaciones nuevas, como es la formación para una especialidad. El profesional de la salud que se siente incapaz de controlar la enfermedad de sus pacientes o que no cuenta con el reconocimiento de éstos o sus colegas, presenta el mal, el cual se manifiesta en fatiga crónica, síntomas de ansiedad y depresión.
Así lo explicó Jorge Carreño Meléndez, investigador del Departamento de Sicología del Instituto Nacional de Perinatología (Inper) Isidro Espinosa de los Reyes, quien también señaló que hasta la mitad del personal de enfermería presenta el mal en algún momento y que es un problema en todos los hospitales e institutos de salud de México y el mundo.
Aunque el padecimiento se conoce desde hace por lo menos 50 años, son pocas las instituciones donde hay un servicio de sicología para apoyar a los afectados.
En el caso de los institutos nacionales de salud, solamente el Inper cuenta con esa área, dijo Carreño. A pesar de ello, ocurren casos como el de la doctora Miriam Cossette López Romero, quien de acuerdo con el diagnóstico del especialista desarrolló la enfermedad, pero no se atendió.
La médica tuvo un bajo desempeño durante los primeros meses de su residencia en ginecología y obstetricia, aseguró Viridiana Gorbea, directora de Enseñanza del Inper. Lo anterior, aunado a su indisciplina, faltas a la autoridad y al riesgo en que colocó a las pacientes a su cargo
, motivaron la decisión de darla de baja del instituto y del sistema nacional de residencias médicas, explicó.
En entrevista con los funcionarios, Carreño Meléndez dijo que el síndrome de burnout se presenta en todos los profesionales de la salud
, incluso en trabajadores sociales, siquiatras y en general todos aquellos que tengan contacto con pacientes. Si me siento incapaz ante alguna enfermedad del paciente; o que éste no reconoce que he hecho algo bueno por su salud; si mis compañeros y jefes de servicio no reconocen que hago bien mi trabajo
, el médico puede presentar el síndrome, explicó.
Depende, agregó, de la capacidad de la persona para adaptarse a nuevas situaciones como la de un hospital de alta especialidad, donde el médico percibe que hay mucha presión.
En el desarrollo del síndrome no influyen otros factores como baja autoestima o problemas familiares. Generalmente, los afectados son individuos que venían funcionando bien y cuando llegan a otro hospital no se adaptan
, detalló el especialista.
La prevalencia del síndrome oscila entre 40 y 45 por ciento en promedio, aunque el indicador mínimo es de 30 por ciento. Otros síntomas del trastorno son baja de peso corporal, alteraciones del sueño y, en los casos más graves, el uso y abuso de sustancias.
Carreño resaltó la importancia de evitar que el padecimiento evolucione a tal grado, pues al tratarse de médicos muchos se autoprescriben ansiolíticos y antidepresivos
.
Si bien el síndrome de burnout es curable, la persona no se recupera si sólo se le dice échale ganas
. Tiene que pasar por un proceso de análisis y terapia de tres a cuatro meses que le permita identificar y luego utilizar alguna de las ocho estrategias conocidas como de afrontamiento para cada situación que se le presente.
La existencia del padecimiento en alguno de los profesionales de la salud se empieza a notar cuando el afectado tiene dificultades en la relación con sus compañeros, sus superiores, si faltan a sus guardias y no tienen un rendimiento académico adecuado. También hay cambios constantes en el estado de ánimo y las inasistencias por permisos o incapacidades.
Respecto de la formación de los residentes, Héctor Anaya, director médico del Inper, señaló que por su capacidad y formación, los egresados ocupan puestos directivos en otras instituciones, muchos se han dado a conocer a escala nacional e internacional
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