Redacción NotieSe
Si la Iglesia católica tuviera los grandes profetas, tendría en las legiones de jóvenes “Indignados” que hoy se manifiestan en contra de la pobreza en diversas partes del mundo, la ocasión exacta para expandirse y no estar como parece estar actualmente, sin entender lo que ocurre y sin nada qué decir, advirtió Enrique Dussel.
Al dictar la conferencia magistral “Caminar teológico-pastoral de la Iglesia en América Latina”, el filósofo dijo que el de los “Indignados” es un movimiento de juventud promisorio, interesante e importante.
“Son los pobres, los que llamamos los ninis: ni trabajan ni estudian. Y ¿qué les pasa? Tienen que ir a trabajar en la droga, donde los matan. Pero ¿qué van a hacer?, si de algo tienen que vivir”, criticó.
Durante la Jornada Teológica Región Norte, Dussel explicó que hay grandes masas y multitudes de pobres que esperan “todavía aquello de Jesús”, es decir, su llegada para “dar una buena nueva a los pobres”.
Indicó que la es deber de la Iglesia católica publicar un trabajo de reflexión para los jóvenes que iniciaron sus manifestaciones en El Cairo, Egipto; Madrid, España; Tel Aviv, Israel, y en Nueva York, Estados Unidos
Señaló que la exigencia de los cristianos de hoy es la misma descubierta por la teología de la liberación en la década de los años 60 del siglo XX. “Esa reflexión teórica y científica, a la altura de los tiempos, pero al mismo tiempo pastoral concreta y que todo el mundo entiende y que si no existiera, habría que inventarla”.
En el contexto actual, agregó el también profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana, el Papa Benedicto XVI “está espantado ante el mundo”, sin saber qué pasa y sin dar alguna palabra de claridad en época de guerra en Israel, con crisis económica en Grecia, con un sistema financiero que mata a todos y con los Indignados que llenan las plazas.
“Y en Roma (la jerarquía católica) no dice nada, está despistada, no sabe lo que pasa en el mundo”, insistió.
Quien llegara a México exiliado de Argentina en 1975, dijo que la teología de la liberación practicada en el siglo pasado no es la que se necesita hoy. Indicó que se requiere una generación de teólogos, con nuevos fundamentos epistemológicos que nutran la formación de las y los religiosos, los sacerdotes, pastores y hermanas, con una visión más crítica, realista, y optimista de la fe cristiana.
En lo que llamó un testimonio de una parte de su vida, Enrique Dussel recordó cuando participó en el Instituto Pastoral Latinoamericano, fundado por Monseñor Leonidas Proaño, con Gustavo Gutiérrez, Juan Luis Segundo y Segundo Galilea, entre otros, y con quienes formó a unos mil 500 teólogos “que empezaron a ver la realidad con otros ojos”.
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