Se dice que fue un problema administrativo
, pero las ONG preguntan: ¿a qué jugamos?
Miércoles 24 de agosto de 2011, p. 40
En 2008 empezó a trabajar el Comité de Resistencias Antirretrovirales (Coresar) con especialistas en el control del VIH/sida que evalúan los casos en los que las medicinas han dejado de ser eficaces. Los médicos prescriben fármacos llamados de rescate, pero de muy alto costo. De esta manera se buscó asegurar el uso racional de estos medicamentos y de los recursos económicos.
El Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/sida (Censida) determinó que ésta sería la única vía para autorizar la compra de dichos fármacos; sin embargo, Coresar dejó de funcionar la semana pasada. Así lo informó Censida a los programas estatales, sin indicar las causas y lo que deberían hacer con los pacientes que requieran de un cambio en sus terapias.
Información extraoficial señala que la suspensión de actividades del grupo se debió a un problema administrativo en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, donde labora Juan Calva, presidente del Coresar, quien durante varios meses no pudo pagar el salario del personal administrativo que lo apoya en el comité.
Según las fuentes consultadas, Calva reclamó la liberación de recursos económicos sin obtener respuesta y el conflicto escaló a tal punto que el rector del instituto, Fernando Gabilondo, canceló el convenio con Censida, dando por concluido el trabajo de Coresar. Mientras, en Censida no hubo respuesta a la petición de información que hizo este diario.
Para médicos y organizaciones civiles, la situación evidencia la fragilidad del Programa Nacional de VIH/sida, cuya viabilidad depende del humor de los funcionarios o cuestiones administrativas
ajenas a los pacientes que sufren las consecuencias.
El trabajo de los especialistas en Coresar permitió que el uso de las combinaciones complejas de antirretrovirales y de las nuevas moléculas se hiciera de manera racional y supervisada, lo que no es del agrado de todos los médicos
. Sin embargo, ante el descontrol que ha prevalecido en cuanto al uso de medicamentos ésta resultó ser una buena alternativa
y, sobre todo, de beneficio para las personas que viven con VIH/sida.
Sólo para los portadores del virus que carecen de acceso a la seguridad social, el gobierno federal dispuso este año de mil 821 millones de pesos para la compra de antirretrovirales, entre ellos, de rescate, útiles para pacientes que presentan múltiples resistencias a terapias tradicionales y requieren incorporar a sus tratamientos alguno de los nuevos fármacos disponibles: Raltegravir, Darunavir, T-20 o Etrabirina.
El trabajo realizado por Coresar fue motivo de análisis durante el congreso nacional de VIH/sida y otras infecciones de transmisión sexual, efectuado del 26 al 29 de julio en Villahermosa, Tabasco, donde se concluyó la importancia de fortalecer al comité, pues es fundamental para elegir los mejores esquemas de terapia de rescate en los pacientes que los necesitan, con base en la mejor evidencia científica disponible, las normatividades internacionales y nacionales, la historia clínica del paciente, así como el criterio de costo-efectividad.
Los participantes en la sesión respectiva destacaron que las instituciones de salud que atienden a personas con VIH/sida deberían reducir el tiempo que toman para emitir los dictámenes de casos de resistencia, para evitar complicaciones en los afectados.
Entre el viernes y ayer martes, los programas estatales de VIH/sida recibieron una nueva notificación, vía correo electrónico, en la que Censida informa, sin más explicaciones, la reanudación de trabajos de Coresar.
Eso da cierta tranquilidad, pero ¿a qué jugamos?, preguntaron las fuentes consultadas
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