Leonardo Bastida Aguilar
Depresión, uso de sustancias prohibidas y suicidio son parte los problemas acarreados por el estigma y la discriminación contra la comunidad lésbico, gay, bisexual, travesti, transgénero, transexual e intersexual (LGBTTTI), aseguró Rafael Mazín, asesor del área de salud de la familia y la comunidad de la Organización Panamericana de la Salud durante su participación en el V Encuentro de Disidencia Sexual e Identidades Sexuales y Genéricas, celebrado en la Dirección General de Igualdad y Diversidad Social.
Explicó que estigmatización genera tensión y estrés a lo largo de la vida de las personas que la padecen, lo cual les puede acarrear consecuencias en su salud mental que a diferencia de lo argumentado por algunos especialistas, no son propias de su orientación sexual, sino del entorno en el que viven.
El también asesor de la Organización Mundial de la Salud dijo que uno de los pendientes en materia de reconocimiento de derechos de la comunidad LGBTTTI es la implementación de políticas públicas de salud enmarcadas en la “cero tolerancia a la intolerancia”.
A su vez, Arturo Granados, maestro en Salud Pública de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), indicó que se debe considerar a la salud como una necesidad humana básica, y un componente fundamental del bienestar social que posibilita la participación social del individuo, por lo que, la negación de este derecho humano, significa exclusión social.
Para el investigador del Departamento de Atención a la Salud de la UAM, el Estado mexicano debe otorgar a todos los disidentes sexuales, los mismos derechos que a las personas heterosexuales.
En el acto también participó Mariaurora Mota, presidenta de Género, Ética y Salud Sexual, de Nuevo León. Ahí comentó que tras analizar cinco estudios sobre lesbianas, entre ellos, la Segunda Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, se observa que son el grupo social más discriminado, ya que poco más de 44 por ciento de las personas encuestadas se negó a la posibilidad de vivir con una lesbiana.
Añadió que se deben crear políticas públicas de salud específicas para las lesbianas enfocadas hacia enfermedades como el cáncer.
Angie Rueda Castillo, Subjefa del Departamento de Programas de Equidad de la Jefatura de Servicios de Derechos Humanos y Participación Social del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, aseguró que a pesar de las modificaciones a los Códigos y Leyes del DF para garantizar el acceso a la salud de las personas transgénero y transexuales, aún no se brinda una reasignación integral sexogenérica por falta de recursos.
La también integrante del Frente Ciudadano Pro Derechos de Transexuales y Transgéneros, señaló que los avances en el DF han sido notables, pero el hecho de que los servicios de salud a la comunidad trans se den en la Clínica Especializada Condesa, asocia a la transexualidad y transgenereidad con el VIH/sida.
La funcionaria pública recalcó que por el momento, una de las grandes luchas de la comunidad trans es la despatologización de la transexualidad como enfermedad mental, por lo que continuarán las movilizaciones sociales en octubre próximo para informar a la sociedad que no es un problema de salud mental.
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