A finales del 2003, unos meses después de haber tomado posesión como Director del CENSIDA, me reuní con Gilberto Rincón Gallardo y acordamos buscar la mejor estrategia para luchar contra la homofobia y la discriminación de personas con VIH. Durante el 2004 nos seguimos reuniendo y acordamos lanzar la primera campaña nacional contra la homofobia, la cual salió a la luz pública a principios del 2005 y aunque uno de los spots, el de “La cena”, fue polémico, en realidad fue bastante bien aceptado socialmente si tomamos en cuenta los comentarios en medios de comunicación tanto escritos como electrónicos de esa época; ese mismo spot fue retomado y utilizado con propósitos similares en varias cadenas de radio hispanas de Estados Unidos e incluso fue transmitido en Panamá y Perú. La campaña fue reconocida y premiada a nivel nacional e internacional. Claro, esos fueron los tiempos de Don Gilberto Rincón Gallardo en el CONAPRED, quien no solo se preocupaba por hacer y publicar encuestas sobre discriminación, sino al mismo tiempo desarrollar estrategias para combatirla; por lo tanto ahora, me resulta algo más que preocupante que el actual Presidente del CONAPRED, Ricardo Bucio, señale que es responsabilidad de toda la sociedad combatir la homofobia y que solo haga eventos para demostrar como la homofobia sigue inaceptablemente alta y no presenta un programa con acciones concretas y tiempos definidos para abordar este problema. El CONAPRED dejó en el tintero una iniciativa dialogada con el CENSIDA para desarrollar un instrumento que certificara establecimientos libres de homofobia, pasando por alto una instrucción presidencial dada en ese sentido en los Pinos ante representantes de la sociedad civil en el 2008.
No es el papel del CONAPRED ni de su titular el dedicarse a mostrar datos de lo mal que estamos en materia de discriminación hacia homosexuales y señalar que es culpa de la sociedad sin asumir la responsabilidad de combatirla y mostrar acciones concretas y no solo palabras.
Hay pocos funcionarios en México que se han atrevido a abordar de manera directa el tema de la discriminación hacia homosexuales y hacer acciones concretas al respecto; pero en el caso del Presidente del CONAPRED, no es que esperemos que él se atreva o no, es que por ley, él es el responsable de promover, combatir, coordinar y operar programas contra la discriminación de, entre otros, homosexuales, lesbianas y personas trans, le guste o no. El que se reúna de vez en cuando con un obispo aquí y allá, para pedirles que moderen su lenguaje contra los homosexuales, es menos que ridículamente insuficiente.
Atentamente
Dr. Jorge Saavedra
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