Las fuertes lluvias que ocasionaron inundaciones y caos viales en la Zona Metropolitana del Valle de México el fin de semana no son atípicas ni extraordinarias
, afirmaron especialistas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), quienes explicaron que la caída intensa de granizo y precipitación pluvial son resultado de una concentración de humedad que se combina con las llamadas islas de calor, como ocurre en las grandes ciudades del mundo
, donde prevalece un entorno de cemento, acero y pavimento que concentra el calor.
El problema es que en México no existe una cultura en el manejo del agua. No basta entubar ríos de aguas negras, si antes no se aplican acciones para garantizar que las precipitaciones que trae la temporada de lluvias, y en general la descarga de agua que se recibe todo el año, recargue los mantos freáticos, pues no hay capacidad de retener y aprovechar estos escurrimientos
, en gran parte, apuntaron, por la creciente explotación habitacional del territorio de la cuenca del valle de México.
Agustín Breña Puyol, profesor-investigador de la UAM y experto en el estudio de regiones hidrológicas, señaló que más allá de las promesas políticas urge reubicar a la población que habita cerca del canal de La Compañía, si no queremos lamentar una tragedia
, pues indicó que no se desborda por acumulación de basura, sino porque ha colapsado su capacidad máxima de desfogue
.
Desde hace más de cinco años hemos enfrentado emergencias por desbordamiento de aguas negras en esta zona debido a que el sistema de drenaje en el oriente de la ciudad de México está a su máxima capacidad y sigue recibiendo miles de litros por segundo, sin que se ejecuten medidas de fondo para prevenir mayores desastres
.
Rechazó que las inundaciones de viaducto río de La Piedad, y de colonias en Chalco, estado de México, por el desbordamiento de La Compañía, se deban a “lluvias atípicas; no existe tal cosa
. Las precipitaciones se pueden adelantar a su ciclo o iniciar más tarde, pero forman parte de un sistema hidrológico que conocemos bien; la clave está en que no podemos controlar ese volumen de agua
.
Norma Leticia Sánchez Santillán, profesora de la UAM-Xochimilco y especialista en hidrología, indicó que ni una intensa precipitación pluvial ni la acumulación de basura en el drenaje explican que se desborden cada año ríos de aguas negras o que los sistemas de drenaje sean insuficientes. Es un problema más complejo
.
Explicó que las islas de calor pueden propiciar que los eventos climatológicos se hagan extremos, pero en la ciudad de México tenemos diversos fenómenos hidrometeorológicos todo el año que propician descargas intensas de agua y granizo, que pueden estar o no dentro del ciclo de lluvias anual
, pero si a esto le sumamos la saturación de drenajes, tenemos un escenario propicio al desastre
.
Debido a que la mancha urbana cuenta con poca vegetación, y la que existe no tiene condiciones para captar el agua y filtrarla a los mantos freáticos, esto ocasiona que la precipitación pluvial se vaya al drenaje, en una ciudad donde caen al año entre mil 600 y mil 800 milímetros de lluvia
.
capacidad suficiente para desfogar esta enorme cantidad de agua, con 25 por ciento adicional como medida de control, lo que evitaría inundaciones como las del fin de semana, pero la realidad es que están a su máxima capacidad
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