La pertinencia del uso de energía nuclear debe abordarse desde diferentes aristas: científica, económica, social y ética, coincidieron en señalar los ponentes de la mesa redonda Nuestro mundo después de Fukushima: reflexiones sobre la reciente catástrofe nuclear, realizada en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En el encuentro, organizado por el seminario Globalización, ciencia y diversidad biocultural, Jorge Linares, filósofo con especialidad en bioética, afirmó que ninguna tecnología es inocente e inocua; todas son ambivalentes
y lo sucedido en la central nuclear de Fukushima, Japón, se debe a que hemos creado sistemas muy complejos que no entendemos completamente y no podemos prever sus consecuencias
.
Más adelante apuntó que existen tecnologías, aparentemente bien intencionadas
, que ayudan al desarrollo. Sin embargo, dijo, los efectos del desastre los veremos en 20 o 30 años y será un drama social terrible
.
El historiador Alberto Betancourt destacó que la industria nuclear tiene que reflexionar sobre lo ocurrido
.
La investigadora Liliana López-Levi indicó que lo sucedido en Japón no sólo es una catástrofe biológica sino social
, y afirmó que los desastres no ocurren: se construyen.
pues en los últimos cien años no hemos tenido esa simbiosis de la parte humanística y científica
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