Óscar Salvador
Foto: Halcones Deporte Gay
Domingo, mediodía. El calor capitalino abruma desde temprano. ¿Sinónimo de descanso, de tiempo para recuperarse de la ingesta de alcohol y de la trasnochada en el antro? No. Carlos Vera y Édgar Cortés prefieren echarse una cascarita con los amigos, pero antes, menguan la temperatura con un chapuzón en la alberca.
Se encuentran con otros chavos en el Deportivo Cuauhtémoc. Los gorros para natación, amarillos, simbolizan su pertenencia al grupo Halcones Deporte Gay México. Mientras echan relajo y nadan estilo “dorso”, Édgar bromea y dice “es una competencia de sirenas”.
Halcones inició el 17 de abril de 2003, con una cascarita en el parque Naucalli, como un proyecto de “fútbol callejero” dedicado a homosexuales que vivieran en o cerca de Ciudad Satélite, estado de México. Édgar fue el fundador del grupo: al primer día de lanzar la convocatoria, ya había 16 jugadores interesados en participar. Sin embargo, esa ocasión sólo asistieron ocho.
Después, la sede de los encuentros fue en las inmediaciones del bosque de Chapultepec hasta que, desde febrero de 2009, comenzaron a jugar en el Deportivo Cuauhtémoc, ubicado en la delegación del mismo nombre en el Distrito Federal. Aquí se han realizado seis Torneos de la Diversidad con partidos de fútbol, básquetbol y volibol. El próximo será el 17 de abril del presente año, cuando Halcones cumple ocho de existencia.
Natación es la disciplina que recientemente se ha integrado a las opciones que Halcones ofrece al colectivo gay que gusta de la convivencia deportiva. Al igual que las canchas para los otros tres deportes, la alberca semiolímpica también la comparten con el resto de los usuarios del Deportivo Cuauhtémoc. Cortés asegura que Halcones busca transmitir el mensaje “de que no queremos algo ‘aparte de’ sino ‘integrados a”.
Por ejemplo, el Tribilín, futbolista famoso por su abdomen de lavadero y por generar palabras de admiración en la página de Facebook de los Halcones,es el amigo heterosexual del equipo de fútbol.
“Compartimos espacios con la comunidad heterosexual. Ya nos dimos cuenta que el deporte en México no discrimina, pues a las federaciones deportivas, por ejemplo, mientras seas un buen jugador, no les importa cuáles son tus preferencias”, asevera Cortés, también líder del Movimiento Deportivo de Fútbol Gay.
“Lo que estamos promoviendo es que los chavos que ya están dentro de las ligas heterosexuales puedan tener una manifestación pública de su orientación sexual sin que las autoridades deportivas los excluyan por eso”, continúa.
La práctica acuática termina y todos lucen frescos y relajados. Son apenas las dos de la tarde. Queda tiempo suficiente para comer e intercambiar una que otra idea política antes de los partidos simultáneos de fútbol y volibol, que comenzarán en una hora.
Halcones contra Montreal. La bandera arcoiris que simboliza la diversidad sexual ya luce orgullosa como fondo. Los dos equipos de volibol llevan ya casi la mitad de un partido amistoso cuando los de soccer apenas comienzan el calentamiento. La temperatura ha descendido por lo nublado de un cielo que amenaza con llover. En las canchas de volibol los espectadores se mantienen atentos a cada uno de los pases de su equipo favorito. Hay quienes van incluso con sus parejas e intercambian miradas de aprobación, de apoyo.
De los futbolistas sólo se ven las siluetas debido al polvo que de la tierra levantan los pies presurosos que buscan anotar un gol. Todos se esfuerzan en demasía. Playeras con mugre y sudor, raspones. Manchones de sangre.
Gritos y abrazos, derroche de energía. Los jugadores de fútbol y volibol no parecen haberse desvelado la noche anterior en alguna cantina gay. Carlos considera que algunos de los miembros de Halcones creen que los antros y bares no son los únicos lugares para la socialización entre homosexuales.
Cortés, en el mismo sentido, asegura: “captamos un sector de chavos que no van al antro, que se la pasan trabajando y estudiando, que no tienen muchos amigos. Incluso algunos son de clóset y otros se resisten a convivir en el ‘ambiente gay”.
Al principio, reconoce Édgar, algunos llegan a Halcones sólo por curiosidad y otros para ejercitarse, pero recientemente hay un ánimo competitivo que ha inspirado la futura profesionalización de los equipos gay de fútbol, básquetbol y volibol. Para eso, ya cuentan con un entrenador de soccer, Luis Macías, y uno de volibol, Gerardo Ávalos. El de básquet aún está por definirse. Ascencio Vera se encarga de la coordinación técnica.
Édgar Cortés asevera que desde que inició Halcones, también empezó el Movimiento Deportivo de Fútbol Gay. Hasta ahora, más de 600 deportistas han pasado por esta agrupación, tanto en las citas dominicales como en los seis torneos que hasta ahora se han organizado.
Un proyecto deportivo en ciernes
Édgar Cortés planea ejecutar a escala nacional el modelo deportivo de convivencia entre equipos gay de fútbol, básquetbol y volibol que ya funciona en la Ciudad de México. Tiene en mente pedir apoyo a instituciones gubernamentales como la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) para, de ser posible, conformar la primera selección nacional de fútbol gay.
Aún en la etapa de diseño, este proyecto contempla cuatro puntos: fomentar el deporte, sensibilizar sobre la diversidad sexual, generar “consenso deportivo” con todos los organismos y promover la salud sexual.
“Las organizaciones que se dedican a la prevención del VIH, se han topado con que la principal causa para que los chavos cojan sin condón no es el alcohol ni las drogas, sino que a veces es la autoestima, problema que, pensamos, se puede atacar desde el deporte que puede ayudarte a desarrollar habilidades, hacer amigos y alejarte de las drogas y el alcohol. Quizá, al subir la autoestima de los chavos, podrían colocarse en un plano donde sería más sencillo recibir los mensajes de prevención del VIH”, explicó Cortés.
Halcones se reúnen todos los domingos en el Deportivo Cuauhtémoc a partir del mediodía. Para más información, busca al grupo en Facebook como Halcones Deporte Gay México.
No hay comentarios:
Publicar un comentario