viernes, 11 de febrero de 2011

Muere en Chihuahua una niña de ocho años víctima de fuego cruzado

Ciudad Juárez, Chih., 10 de febrero. Una niña de ocho años de edad murió al ser alcanzada por el fuego cruzado de un enfrentamiento entre militares y presuntos sicarios en la comunidad serrana de Bahuichivo, municipio de Urique, localizado en la región de las barrancas de Chihuahua.

La narcoviolencia que padece el estado cobró la vida de otras 14 personas, entre ellas tres mujeres y un elemento de la policía única, en Ciudad Juárez, la capital del estado y el municipio de Parral.

La Fiscalía General del Estado informó que el pasado martes, en el poblado de Bahuichivo, una menor de ocho años, acompañada por su padre y su abuela, viajaban en una camioneta cuando quedaron en medio de un tiroteo.

Se trataba de una refriega entre soldados y al menos seis pistoleros; uno de los proyectiles impactó en el hombro izquierdo de la pequeña, quien falleció desangrada. Los presuntos asesinos huyeron del lugar y los militares confiscaron diversas armas de fuego, cientos de cartuchos útiles de diferentes calibres y un vehículo robado.

La menor fue llevada a la comunidad de Tonachí para recibir atención médica, pero al llegar ya había muerto.

En Ciudad Juárez, varios sujetos ultimaron a Alondra Martínez Caldera, de entre 20 y 25 años de edad, y abandonaron su cuerpo en un terreno de la colonia Mariano Escobedo.

María de Jesús Pulido Sánchez, de 54 años, fue asesinada a balazos en una casa que funciona como estancia infantil en la colonia Nuevo México. El cadáver de otra mujer fue encontrado en calles de la colonia Independencia I.

También en esa localidad fronteriza, un grupo armado mató a un empleado de un negocio de carnitas y dejó herido a otro. En respuesta, civiles armados persiguieron a los asesinos y dieron muerte a tres de ellos en el fraccionamiento Los Bosques.

En las colonias Hidalgo, Las Torres y Chaveña, se cometieron otras cuatro ejecuciones En la ciudad de Chihuahua, un comando ultimó a un agente de la policía única fuera de su vivienda. Finalmente, en Parral, al sur de la entidad, dos personas fueron aniquiladas a balazos en hechos distintos.

Estrategias fracasadas

Por su parte, Gustavo de la Rosa Hickerson, visitador de la Comisión Estatal de Derechos Humanos para Proyectos Especiales y Atención a Víctimas, consideró que es evidente que las estrategias de seguridad publica para recuperar la paz han sido insuficientes, cuando no fracasadas.

Subrayó además que también son muestra del evidente fracaso gubernamental en materia de seguridad los asesinatos de Álvaro Sandoval –quien luego de dar muerte a tres pistoleros en legítima defensa, en represalia él y su esposa fueron asesinados–, en el poblado Palomas de Villa, municipio de Ascensión; el secuestro de tres miembros de la familia Reyes Salazar, a la cual pertenencía la activista Josefina Reyes, asesinada en enero de 2010, y el homicidio de la también activista Marisela Escobedo.

Opinó que existe descoordinación entre las autoridades de los tres niveles de gobierno que combaten, previenen y reaccionan ante la delincuencia. Por ello, agregó, es indispensable como prioridad una política de atención a las víctimas y a los sectores más vulnerables ante la violencia.

De la Rosa Hickerson sostuvo que en México tenemos una cultura donde auténticamente la vida no vale nada. A nadie le interesan las víctimas del delito. Que las muertes de Álvaro Sandoval, Josefina Reyes, Marisela Escobedo, de los miembros de la familia Reyes Salazar, así como de tantos y tantos héroes anónimos, no queden impunes, concluyó el activista

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