Este domingo se cumplen 29 años de que el veterinario y sociólogo guatemalteco Emil Bustamante fue desaparecido por elementos del ejército de su país, quienes llevaron a cabo una guerra sucia en los años 70 y 80 que dejó más de 45 mil personas asesinadas o desaparecidas, sin que los sucesivos gobiernos hayan hecho algo para encontrar la verdad histórica.
Denunció lo anterior en entrevista con La Jornada María Elena Bustamante, hermana del activista, quien llamó al actual presidente de Guatemala, Álvaro Colom, a comprometerse en la resolución de los crímenes de lesa humanidad cometidos en dicha época.
El 13 de febrero de 1982 mi hermano fue detenido en un retén militar; luego brutalmente torturado, y desde entonces no hemos sabido nada de él, salvo que cuando lo arrestaron iba en su coche, pero las autoridades se han negado a seguir esa pista. El gobierno guatemalteco ha sido indolente ante el asesinato de Emil y de 45 mil personas más
, lamentó.
Luego de varios años de presionar a las autoridades del país, la Corte Suprema de Justicia otorgó un mandato penal para que la Procuraduría de Derechos Humanos investigue la desaparición forzosa del académico, y aunque se saben los nombres y grados militares de quienes lo detuvieron, prácticamente no ha habido avance en las pesquisas.
A pesar de las graves violaciones cometidas en esos años por la dictadura militar, el mundo puso muy poca atención a lo que ocurría en la nación centroamericana, y aún hoy el tema sigue sin estar presente en la agenda de los medios, denunció Bustamante, miembro de la Coalición por la Abolición de la Tortura y de Apoyo a los Sobrevivientes.
La investigadora estadunidense Victoria Stanford señaló que de acuerdo con sus estudios, entre 1982 y 1983 llegó a haber un millón de paramilitares en Guatemala y 38 mil soldados en activo, cuando la población total del país era de sólo 5 millones de personas. La guerrilla nunca llegó a tener más de 4 mil efectivos, y nunca fue un peligro real para la toma del poder, según la Comisión de Esclarecimiento Histórico de Naciones Unidas, y a pesar de eso hubo más de 600 masacres en aldeas
, sostuvo.
era una persona brillante. Dirigía los centros regionales de la Universidad de San Carlos en una época en que las dictaduras militares embistieron muy fuerte contra estudiantes y sindicalistas. Pertenecía al movimiento revolucionario en cuanto a ideales, y su único pecado fue trabajar con los campesinos del altiplano y capacitarlos
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