Viernes 24 de diciembre de 2010, p. 34
Se calcula que, a escala mundial, 129 millones de jóvenes de 15 a 24 años de edad son analfabetos, pues carecen de conocimientos básicos en lectura, escritura y cálculo; de ellos, por lo menos 59 por ciento son mujeres.
Un estudio sobre las condiciones que enfrenta la juventud en el planeta revela que, pese a los esfuerzos por universalizar el acceso a la educación, la posibilidad de asistir a las aulas aún está fuertemente condicionada por las circunstancias que acompañan el nacimiento de una persona y las situaciones que hereda
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En el documento Diagnóstico mundial de la juventud, elaborado por el Consejo Nacional de Población (Conapo) en colaboración con diversas dependencias –entre ellas la Secretaría de Educación Pública–, se destaca que las oportunidades están marcadas por el lugar de nacimiento, la riqueza del hogar, la educación de los padres, género y origen étnico, así como el contenido académico de los programas, el presupuesto escolar, la infraestructura y los materiales de la escuela; todos, factores que están fuera del control de los individuos
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En una población de mil 200 millones de jóvenes de 15 a 24 años, apenas 16 por ciento vive en países desarrollados, 70 por ciento en naciones en vías de desarrollo y 14 por ciento en otras de menor crecimiento económico y social, lo que impacta directamente en las oportunidades educativas a que tienen acceso.
El informe destaca que en la década presente uno de los mayores logros educativos fue la expansión de la formación primaria, aunque los avances fueron desiguales e insuficientes.
En contraste, la educación secundaria enfrenta un escenario de enorme disparidad en su oferta en las distintas regiones del mundo, así como oportunidades aún escasas para garantizar una cobertura universal. A pesar que de 1999 a 2009 la tasa de matrícula global pasó de 52 a 59 por ciento, aún se tiene una alta tasa de deserción.
El documento revela también que tan sólo entre el primer y segundo grados de este nivel educativo 25 por ciento de alumnos abandona los estudios.
Incrementar la cobertura en educación superior aún es un reto por superar, pues las tasas de escolarización siguen siendo bajas en casi todas las regiones del mundo, con excepción de América del Norte y Europa occidental, donde los avances han sido sustanciales y duraderos
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Pese a ello, agrega, a escala mundial el número de jóvenes que logró ingresar a universidades pasó de 28.6 millones en 1970 a 152.5 millones en 2007, lo que representó una tasa de crecimiento anual de cerca de 4.6 por ciento.
El documento, que incluyó una revisión y actualización de los principales indicadores mundiales, señala que el progreso en la educación superior se debe principalmente al crecimiento de la participación de la mujer en este nivel educativo, que fue casi del doble que los hombres. De hecho, su participación en la actualidad es superior a la de los varones en casi todas las regiones del mundo, con excepción de África subsahariana y Asia meridional y occidental
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hacen evidentes las enormes disparidadesen el mundo en este aspecto, lo que es
un reflejo de las grandes desigualdades socialesque enfrenta este sector
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