Leonardo Bastida Aguilar
“Ya quítate puto”, fueron las palabras dichas por Juan a Caro al momento de abrir la puerta de la camioneta en que ella llegaba junto con su cliente de la noche. Segundos después el individuo comenzó a disparar contra de ella y sus compañeras hasta descargar su arma.
Sin embargo, su agresión no cesó y comenzó a golpearles con una llave de cruz que traía en la camioneta. A una de ellas le abrió la cabeza.
Caro, al igual que otras chicas transgénero de Querétaro, ejerce el trabajo sexual en la esquina de Río Ayutla y avenida Universidad. Aquella noche del miércoles 28 de julio, alrededor de las cuatro de la mañana fue abordada por dos sujetos que llegaron en una camioneta. Solicitaron sus servicios pero ella les advirtió que sólo se los brindaría a uno de ellos. El copiloto de la camioneta accedió a descender de la unidad y ella ocupó su lugar. Mientras tanto, Juan decidió quedarse con las otras chicas transgénero en la calle.
De acuerdo con Natasha, coordinadora del Grupo Trans Derecho y Libertad, que agrupa a las y los trabajadores sexuales de la zona, Juan estaba ebrio y después de un rato intentó agredir a una de sus compañeras, quien le contestó los insultos por lo que pasaron a los golpes. Tras ser repelido por varias chicas trans, Juan les gritó que en cuanto llegara su compañero “se los cargaría la verga”.
Minutos después, tras el arribo de la camioneta, Juan sacó una pistola del vehículo y disparó en contra de las trabajadoras sexuales para posteriormente golpearlas con una llave de cruz y huir.
En breve fue detenido por la policía municipal. Su compañero logró huir. Las trabajadoras sexuales temen por su seguridad. Natasha indicó que en días pasados algunas compañeras han sido víctimas de hostigamiento y amenazas por parte de conductores de vehículos que pasan por el área y les gritan “pinches putos se lo merecen”.
Dayana, caso en la Ciudad de México
En junio pasado, Dayana y Yasareth, chicas trans dedicadas al trabajo sexual, se encontraban en la esquina de Viaducto Miguel Alemán y Bajío, en la Ciudad de México. Pasada la medianoche se acercó a ellas una camioneta Ford Lobo de doble cabina en la que venían dos hombres.
Yasareth, sobreviviente a la agresión, narra que le solicitaron un servicio. Al aceptar, Dayana y ella subieron al vehículo para ir a un hotel. Sin embargo, al arrancar la camioneta y avanzar unos metros, la camioneta se detuvo y subieron dos hombres más portando armas de fuego.
De acuerdo con la víctima, ella y su amiga preguntaron qué sucedía, a lo cual les contestaron “¡ya valieron verga!” “¡aflojen todo lo que traigan!”. Momentos después les comenzaron a golpear con un bat en la cabeza.
Tras estas agresiones ambas chicas trans comenzaron a forcejear y se produjo un choque con un poste por lo que los hombres bajaron de la camioneta pero antes dispararon a Dayana.
Yasareth recuerda que Dayana estuvo alrededor de 15 minutos en el piso sin atención médica para posteriormente morir en la ambulancia a causa de la herida provocada por los disparos.
Agresiones en Ensenada, Baja California
La Procuraduría de Justicia del estado de Baja California localizó en junio pasado el cadáver de una persona transexual, a un costado de la carretera Ensenada-Ojos Negros.
La víctima de 39 años de edad fue identificada con el nombre de Ángel Vega Guzmán alías “Jazmin” o “Gudelia” y en su cuerpo se hallaron huellas de asfixia por estrangulación.
Versiones manejadas en los medios locales señalan que “Jazmin” había tenido un show travesti en esta ciudad aunque por el momento se dedicaba al trabajo sexual en una zona de tolerancia del puerto.
Sus compañeras reportaron que la vieron por última vez el viernes 5 de junio, dos días antes de que su cuerpo fuera encontrado.
De acuerdo con el Informe de Crímenes de Odio por Homofobia 1995-2009, elaborado por la Comisión Ciudadana contra los Crímenes de Odio por Homofobia, de 1995 hasta junio de 2009 se han asesinado en México a 84 miembros de la comunidad trans.
Al día de hoy, ninguno de los crímenes ha sido esclarecido al igual que el de Fernanda Lavalle, ocurrido en Pachuca, Hidalgo. En la comunidad transgénero el miedo a ser víctimas de agresiones es la constante ante la falta de garantías de seguridad.
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