lunes, 1 de marzo de 2010

CLERO‏

La religión “era” el opio del pueblo, el clero “era” reaccionario, hoy los ministros del culto “deben tener todos sus derechos”

Pedro Echeverría V.

1. ¡Cómo cambian rápidamente las cosas porque también las necesidades cambian! Bien decía Marx: “los hombres hacen su historia tratando de satisfacer sus necesidades… el modo que tienen los hombres de preocuparse sus subsistencias determina sus concepciones y sus ideas, es decir, su conciencia social”. ¿No es obvio acaso que un campesino, un obrero, un ama de casa, un empresario y un político piensan distinto y buscan satisfacer necesidades diferentes? ¿Buscan los políticos de hoy el voto de los feligreses católicos? En tanto los liberales del XIX separaron a la Iglesia y el Estado por el gran poder del clero, la dictadura liberal de Díaz negoció con la Iglesia, el callismo adoptó un jacobinismo frente a una iglesia rebelada contra la Constitución, y los gobiernos posteriores disimularon, hoy los socialdemócratas piden derechos totales.

2. El destacado parlamentario y dirigente político socialdemócrata del PRD, Pablo Gómez, “pablito”, acaba de presentar un proyecto de reforma al artículo 130 Constitucional con el propósito que los sacerdotes recuperen el derecho a manifestar sus ideas políticas sin importar que hagan proselitismo contra la izquierda; “aunque usen la libertad para combatir la libertad, porque también eso se permite en un sistema democrático”. El jueves pasado, varios jefes priístas suscribieron su iniciativa, además de senadores de PAN y PRD. La Iglesia católica recibió con beneplácito la iniciativa del senador pues consideró que con ello se caminaría hacia la libertad religiosa plena en el país. Tanto el vocero de la Arquidiócesis de México, como el presidente de la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas están de plácemes.

3. Me imagino que “pablito” presentó la iniciativa siguiendo a su maestro Arnoldo quien fuera secretario general del PCM por 20 años y el máximo representante de los dirigentes del Kremlin, Kruschov y Breshnev. No parece estar mal otorgar derechos iguales a todos, aunque sea para que puedan actuar “igual” en un mundo desigual. Sólo falta ahora que el clero tenga de manera directa medios de información: prensa, radio y televisión equiparándose a los poderosos empresarios. Sin embargo, dirían, iguales derechos tienen los indígenas, los campesinos, los obreros, los luchadores sociales que, “por tontos” no los ejercen. ¿Por qué los socialdemócratas no pelean para que las radios comunitarias se multipliquen, se les registre y no sean perseguidas? ¿Por qué no luchan para que los de Atenco, los electricistas, los mineros, etcétera, sean respetados?

4. Recuerdo que en 1990 un panista me decía que estaba bien la reforma agraria de Salinas porque legalizaba la compra de tierras que desde años antes se hacía. Era sólo legalizar. Hoy se presenta un proyecto para que el clero legalice lo que nunca ha dejado de hacer: usar la iglesia, a los millones de feligreses para hacer más poderoso al partido socialcristiano –que podría ser el PAN- para recuperar el poder. Por eso los aplausos a “pablito” de parte del clero y los políticos que buscan votos católicos son estruendosos. Olvida que la separación de la Iglesia y el Estado en 1859 no fue un “arranque de locura” de los liberales radicales, sino una batalla contra el terrible monopolio económico e ideológico que tenía esa institución en todo el país. Han pasado 150 años y la iglesia ha renovado sus métodos pero no ha dejado de buscar el poder que le ha dolido perder.

5. ¿Puede olvidarse acaso que los jacobinos que hace 221 años encabezaron la gran revolución francesa vieron en el clero, en los terratenientes y en los monarcas –siempre estrechamente aliados- a los enemigos a derrotar cuando buscaban una transformación real de la sociedad? Durante siglos esos tres estamentos habían combinado sus fuerzas para someter cualquier rebelión o descontento. ¿Puede olvidarse que la guerra de tres años (1858/60), que la rebelión contra la Constitución de 1917, que la guerra Cristera (1926/29) fueron grandes rebeliones “populares” encabezadas por el clero? ¿Se olvida que el enorme poder de Televisa y TV Azteca, acrecentado con el apoyo del Estado, es hoy muy difícil de parar y están puestos a convocar rebeliones? A mi me gustaría que esos derechos se otorgaran al pueblo explotado y que no sean reducidos a nada.

6. Yo no puede tener bronca con “pablito” porque además es un buen orador y es mi conocido desde que en 1975 fundamos juntos y estuvimos en la directiva del SPAUNAM. Lo que sucede es que al formar parte de la socialdemocracia del PRD pone en primer lugar la búsqueda de votos y sólo en segundo lugar los principio y la funesta historia de la relación clero/Estado. La iglesia ha sido controlada en muchos países y sus derechos han sido totalmente respetados, pero en otros –como en México- la iglesia ha aprovechado cualquier resquicio para tratar de recuperar su poder. En septiembre de 1992 el gobierno de Salinas y el Vaticano establecieron relaciones diplomáticas plenas nombrándose a Olivares Santana y a Jerónimo como representantes de cada Estado. Desde entonces el Clero no ha cesado en agrandar su poder y de intervenir.

7. La izquierda consecuente, que no moderna como piden Krauze, Camín, Castañeda y Televisa, no tiene porque hacer más fuertes y sólidas a las instituciones de explotación y opresión capitalistas. Más que por el PRI, el PAN o el ejército, el pueblo vive en las condiciones en que está por el gran papel ideológico que ha jugado la iglesia y los medios de información. Ha sido tan fuerte, profundo, extensivo en poder ideológico del clero y de los medios que la escuela, en vez de profundizar la ciencia y el laicismo, se ha puesto también al servicio de la ideología dominante. Como diría Mao: Que se abran mil flores y mil corazones, que todos los seres humanos tengan la misma libertad de todos, pero que ésta no sirva para que unos pocos se aprovechen de la libertad de comercio, para explotar y oprimir y que la mayoría del pueblo sólo tenga libertad para morirse de hambre.

No hay comentarios: