DESEOS PARA 2010
Por Rodolfo Cruz Bustos
Desear es inmanente a los seres humanos. Es como respirar, es como mirar, es como amar. Desear es como al sacerdote la necesidad de crear conciencia en los fieles de su iglesia porque escuchen su palabra: la palabra de Dios. Desear es como la voz del locutor ávida de crear las emociones para que otra vez, si no es que siempre, su programa sea escuchado. Desear es como caminar y hacer caminos mientras se traslada el mismo deseo.
Como profesor mi deseo no es tener alumnos pasivos, que me escuchen y hagan todo lo que diga. No es hacer leer a los alumnos los libros que pienso pueden ayudarlos a formarse como los profesionistas “que el país necesita”. Es incomodo sentirse obligado a leer algo que no tiene sentido en este momento de mi vida. La pasividad puede ser una mala actitud en un tiempo que requiere acciones para no dejarse sorprender por tanta mala acción de quienes nos gobiernan. La peor de ellas, recibir altísimos salarios en contraste con millones de trabajadores con salarios miserables. Mi deseo es actividad que busque y pregunte. Mi deseo es la lectura de la realidad que no se lee y por ello va en franca decadencia.
Como profesor mi deseo no es que mis alumnos reproduzcan en sus aulas de práctica las técnicas grupales que el mejor profesor les ha enseñado. La movilidad sólo ha garantizado pasar el tiempo de manera agradable, pero no ha ayudado a pensar y a actuar. Tampoco que se generen los debates por líneas de reflexión que hacen apología de la violencia. Los millones de muertos sólo han sido el testimonio de lo inútil de la muerte anticipada. Salvo las ganancias a las funerarias, los ahorros al gasto social y el crecimiento de la industria de las armas, el consumo estrepitoso de las drogas, tanta muerte ha sido más que inútil. Mi deseo es el movimiento que busca trastocar el mutismo del aula por la voz del estudiante que quiere aprender sin ataduras a modelos, corrientes o escuelas de pensamiento.
Como profesor no deseo pasar las horas en la Universidad y que mis alumnos pasen con diez regalado o sobornado. Tampoco atosigar con tareas que han perdido sentido cuando tienen como fin la entrega de puntajes para acreditar la materia. Deseo un aula donde todos lean y practiquen una lectura con términos comprensibles y cercanos. Deseo tareas que perviertan el orden de la pedagogía autoritaria que tiene como tarea someter al estudiante sometiendo al maestro. Deseo las horas llenas de relatos y de experiencias. Deseo las tareas que son muestra de construcción y no de destrucción de lo que jamás se ha dicho.
Como profesor quiero un aula libre, sin horario ni permisos para estornudar ni gracias para salir. Quiero un profesor que improvise, quiero un alumno que cuestione y una amistad que construya. No quiero relaciones “enfermas” ni “interesadas”. No quiero relaciones maniqueas, “si te doy algo tienes la obligación de darme algo”. “Si te apoyo me apoyas”. “Si eres de mi equipo, te voy a apoyar”. Quiero ejercicio de la docencia que enseña que el mejor aprendizaje no tiene horario ni controles; ni amistades interesadas, ni autoridades sin autoridad.
Quiero que este 2010 mis colegas profesores, mis alumnos, mis amigos y compañeros tengan la oportunidad de entregarse plenamente, sin hipocresías y sin prejuicios a construir un mundo mejor.
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