El 29 de septiembre, en el Zócalo de la ciudad de México, pueblos indígenas, campesinos, intelectuales y defensores del medio ambiente tocarán la campana de la independencia alimentaria y se convertirán en guardianes de los maíces criollos. A partir de entonces la sociedad reconocerá esa fecha como el Día del Maíz.
Será un acto que traspasará la frontera mexicana, ya que vía Internet se unirán los pueblos de Guatemala, Honduras, Nicaragua, El Salvador, Ecuador, Perú, Bolivia, Venezuela, Colombia y todos los que comparten la cultura del maíz, explicaron Adelita San Vicente y Cristina Barros, integrantes de la campaña Sin maíz no hay país.
La verdadera independencia del país reside en la capacidad de producir sus propios alimentos sin depender de las importaciones, y por eso el llamado a formar una comunidad amplia y combativa que con alegría, creatividad y fuerza defiendan el alimento primordial que nos heredaron nuestros abuelos
, asentaron.
En el contexto de los preparativos, San Vicente y Barros comentaron que la participación de las comunidades indígenas será posibles por los enlaces con las diversas radios comunitarias. Uno de los mensajes será: nuestro maíz necesita hoy como nunca del trabajo de todos nosotros y de nuestra protección. Los campesinos tienen que seguir siendo dueños de sus semillas para sustentarse. Están en riesgo las variedades de maíz que hacen posible las palomitas, el pozole, los atoles ceremoniales, las tortillas blancas, rosadas, azules, los ponteduros y otras delicadezas
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Ambas sostuvieron que en la víspera del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución, y ante la continua presión de Monsanto para iniciar las siembras experimentales de maíz transgénico, hay que actuar para defender lo que los pueblos han creado, reproducido y defendido por siglos. El maíz es un patrimonio de la humanidad y no de las empresas
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La defensa del grano, abundaron, es también la de los campesinos y el rechazo colectivo al control de la producción y comercialización del cereal por las empresas trasnacionales.
La campaña incluye el rechazo a la autorización de la liberación del maíz transgénico en cualquiera de sus fases, y la demanda de que se prohíba el uso de alimentos para producir agrocombustibles y se eliminen los monopolios alimentarios.
Se sumaron a la advertencia de diversas organizaciones rurales: la escasez de alimentos puede provocar un cataclismo social de proporciones imprevisibles.
Durante los próximos días, los integrantes de la campaña Sin maíz no hay país esperan recibir diversas propuestas a través de la página de Internet www.dianacionaldelmaiz.org, pues todos los llamados, reclamos, alertas, manifestaciones, estudios y propuestas en defensa de los maíces criollos han sido ignorados por este gobierno que no entiende la gravedad de lo que está pasando en el campo ni hace nada para prevenir una catástrofe
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